Ahora
que miro atrás
fueron
los años
de la pasión,
de
la furia, de las ganas infinitas
de
pelear, toda mi juventud.
También
los días serenos
que
terminaban donde comienza el mar,
donde
se estrellaban las olas
contra
mis sueños.
Un
montón de años
estuve
pensando en ti
como
si no tuviera otras
tierras
y miradas
que
conocer.
Te
pensé
hasta
cuando amaba
a
otras mujeres,
las
amaba para amarte a ti.
Para
no dejar de pensar en ti.
Nunca
tu ausencia se apiadó de mí.
No
hubo tregua,
ni
palabra, gesto o mirada
que
me devolviera la paz.
Todo
en mí
era
tuyo, solo tuyo
las
veinticuatro horas de cada día
mi vida entera y tú nunca volviste,
mi vida entera y tú nunca volviste,
ni
me escribiste una nota
o
dejaste un mensaje
en
algún rincón de este mundo
donde
pudiera leerlo, saber de ti.
No
dejé de pensar en ti
ni
siquiera en ese instante
en que
el mundo se desplomó
y
supe que no existías.
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