Acá, yo
con mi pasado al hombro,
a orillas de otra primavera,
en medio de la bruma
de febrero,
adivinando
el difuso horizonte
que se pierde
en los mil grises
del invierno
que no quiere morir.
Acá, yo
con mi soledad de compañera,
haciendo memoria
de los días
que ya no son,
de los nombres
y las risas del ayer,
distante de ese otro
que alguien quizá recuerda
o que tal vez
ya haya olvidado.
Acá, yo
con tanto tiempo caminado,
en medio
de la memoria de la tierra
y el frío
de lo que nunca volverá a ser,
pienso en ese nosotros
que marcó un verano ya lejano,
perdido en la arboleda
de las estaciones.
Acá, yo
al borde de ese que seré mañana,
sé que el ayer
se queda en el pasado
y que amar
no es otra cosa
que buscar siempre
ese otro
sin el cual no seremos nosotros.