Tu nombre

Tu nombre

que es como el aleteo

del viento en los campos floridos.

Tu nombre

que es una mirada que lo dice todo,

como esta lluvia de felicidad 

que me cubre.
Tu nombre

que es música para mi corazón,

vida para mis sueños.

Tu nombre

que es la certeza 

de que cada mañana

al pronunciarlo

despertaré al amor.

Tu nombre

que aún no conozco

y que ya mis sueños por él

suspiran.

La poesía

La poesía

no es otra cosa

que el amor

y las palabras

en busca de la vida

y de los sueños.

La poesía,

ese ir y venir

de un lugar a otro

del tiempo

creando la memoria

de la vida con palabras.

La poesía

ese viaje interminable

en busca de los enigmas

de la vida,

escudriñándolos

sin encontrar del todo

la razón de tantos sueños

y tristezas

que son el tejido de nuestro ausencia.

Amor eterno

Amor que sigue 

entre mis sueños.

Amor que regresa

del olvido.

Amor que parte

hacia la nada.

Amor que muere en silencio

y canta en mis poemas.

Amor que ya no lleva nombre

porque es prohibido.

Amor que como todo sueño

nunca existió.

Amor, amor, amor

que sólo es amor,

porque sigo enamorado.
Amor que sin ser ya amor

es sólo amor.

Habitarnos

Habitarnos,

saber de memoria

cada gesto, risa o palabra del otro,

no sentir que el tiempo pasa,

ser eternos,

la emoción de pertenecernos,

ser tú y yo a la vez,

querer seguir siendo siempre,

eso es amor. 

Pensando en ti

Ahora que miro atrás

fueron los años de la pasión,

de la furia, de las ganas infinitas

de pelear, toda mi juventud.

También los días serenos

que terminaban donde comienza el mar,

donde se estrellaban las olas

contra mis sueños.

Un montón de años

estuve pensando en ti

como si no tuviera otras

tierras y miradas

que conocer.

Te pensé

hasta cuando amaba

a otras mujeres,

las amaba para amarte a ti.

Para no dejar de pensar en ti.

Nunca tu ausencia se apiadó de mí.

No hubo tregua,

ni palabra, gesto o mirada

que me devolviera la paz.

Todo en mí

era tuyo, solo tuyo

las veinticuatro horas de cada día
mi vida entera y tú nunca volviste,

ni me escribiste una nota

o dejaste un mensaje

en algún rincón de este mundo

donde pudiera leerlo, saber de ti.

No dejé de pensar en ti

ni siquiera en ese instante

en que el mundo se desplomó 

y supe que no existías. 

Si llegaras a mí

Si una mañana
llegaras a mí,

te sentaras a mi lado

y me miraras

despertar del sueño;

si dejaras por toda la casa

el olor de tu piel

y de alguna manera 

tu alma se quedara

a vivir en cada una de mis cosas;

si no quisieras

otra cosa distinta

a que yo te quiera,

a que yo pinte de palabras

un arco iris en tu corazón,

a que yo me vuelva

beso, abrazo y deseo
que recorren tu cuerpo,
yo me iría a vivir a tus sueños.

Si tú existieras,

amor mío,

no sé qué sería de esta soledad.